Las jerarquías han sufrido una profunda transformación en este arranque del Mundial de Fórmula 1, en el que los equipos pequeños se han hecho muy grandes y la clasificación está liderada contra pronóstico por Brawn GP y Red Bull, dos escuadras que tienen motores de alquiler: Mercedes y Renault respectivamente.
La posición de los grandes equipos de la parrilla, entre los que podríamos situar a Renault, no es fácil. Empezaron en Australia pensando en batirse por el campeonato y ahora luchan para rediseñar sus coches para ser competitivos. La octava plaza de Fernando Alonso el pasado domingo en Bahrein es una advertencia de lo que puede ocurrir. El asturiano aseguró que había hecho “la mejor carrera de los dos últimos años”, pero el resultado no reflejaba su esfuerzo y dejaba muchas dudas sobre el potencial del bólido.
Renault presentó la primera evolución importante del R29 en Shanghai, incorporando el doble difusor que proporciona mayor agarre y un nuevo fondo plano. El coche respondió a los cambios, situándose segundo en parrilla gracias a una agresiva estrategia de carga de combustible. No era el puesto real. Su posición era el sexto o séptimo, como en Bahrein, una vez hecha la equivalencia de carga. El diluvio echó por tierra la táctica y abrió más dudas sobre el potencial. Read the rest of this entry ?